Cierro el blog

| martes, noviembre 24, 2009

Voy a cerrar este blog. Sigo en el otro. Disculpen el lío.

Drones

| jueves, noviembre 19, 2009

Un juego donde no hay bloques de bits de lastimosa apariencia humanoide o figuras realistas que se mueven penosamente por la plataforma. Estos espadachines tienen gracia, a pesar de su aparente sencillez las patadas, tajos y fintas están bastante conseguidos. Puedes agarrar al adversario y tirarlo por los aires para que se espachurre contra el suelo como un saco de patatas, una gozada. Y también hay una tecla para realizar gestos obscenos, aunque es mejor hacerlos cuando tu muñeco se encuentre a una prudente distancia del oponente, de lo contrario probablemente se lleve un mandoble en las posaderas. Si conectas dos teclados puedes apalear el monito de otro ser humano de tu misma especie, si tienes alguno cerca.


El Big Mac no es el progreso

| lunes, noviembre 16, 2009

El otro día escribía sobre la huida de McDonalds de Islandia, y la espantada del monstruo de la hamburguesa me parecía bien, porque mi idea es que McDonalds es un puzzle fabricado en un montón de países, un despilfarro nacido de un sistema de comercio desbocado que corre precariamente sobre un mar de petroleo barato cuyos productos destruyen de forma acelerada nuestro medio. La ventaja del sistema es que podemos saborear la misma hamburguesa aquí y en Corea, la desventaja es que nuestros tataranietos cazarán ratas con arcos y flechas. Creo que el destino de los pobres tataranietos empezó a fraguarse cuando nuestros abuelos pensaron que comer puzzles era tan normal como que el neurótico del pueblo quemara cuatropecientos litros de queroseno en hacer un viaje espiritual a la India. Sus padres no habían sido más desgraciados que ellos o que nosotros por no haber podido zamparse un Big Mac o desplazar millones de toneladas de metal de un sitio a otro y quemar cientos de millones de litros de combustible en sus divertimentos y paranoias, fueron más infelices porque desconociendo la asepsia las mujeres morían al dar a luz, y sin antibióticos cualquier mozo podía espicharla por una ridícula caries. Pienso que el progreso no reside en poder degustar los puzzles de mil países o en ir cada vez a más sitios, cada vez más rápido, sino en evitar las enfermedades, conseguir que la gente obtenga trabajos dignos, una alimentación no mcdonaldiana, libertad para pensar y expresarse y la suficiente vida interior como para que su ocio no consista en cubrir de metano y dióxido de carbono el planeta a base de dar vueltas y vueltas a su alrededor con el avioncete por el puro placer de viajar o de zampar puzzles fabricados con millones de vacas. Al menos creo que eso debería significar de momento el progreso en un mundo inmerso en miles de catástrofes ecológicas y sumido en regímenes cuasifeudales de explotación y esclavitud donde impera la tiranía, el hambre y la miseria.

Si bien los tatarabuelos no consiguieron acabar con su medio de una forma tan frívola como lo hacemos nosotros de haber sido capaces lo habrían hecho exactamente igual de mal, porque nosotros seguimos siendo como ellos, y aunque utilizamos nuevas tecnologías mantenemos su mentalidad. Nos encontramos metidos de lleno en la revolución de la telepresencia instantánea y la mayor parte de la gente sigue atrapada en ideas dieciochescas sobre lo que significa relacionarse con el mundo, pero reconvertidas en industria de masas para solaz de una clase media que piensa en el "progreso" en términos de un futuro en el que el correo postal llegará aun más rápido gracias a globos propulsados por cohetes,  y no importa que ese camino finalizara con el ocaso de engendros tecnológicos como el Concorde, continuamos soñando con retrofuturos dignos de la Space opera, donde las batallitas de naves espaciales son como las de los biplanos de la Primera Guerra Mundial y la conquista del cosmos consiste en disparar hacia el vasto y hostil vacío del espacio capsulas con pedazos inteligentes de biosfera. Lo bueno de la crisis actual y de las catástrofes energéticas y ecológicas que nos amenazan es que, si no terminan con nosotros, acabarán con los restos de la sociedad más steampunk, y puede que nos conduzcan a otras formas de organizarnos y de vivir más prudentes y epicureas, a otras maneras de generar energía y desplazar materiales y personas más racionales, pragmáticas y eficientes.

Religión en apuros

| domingo, noviembre 15, 2009

Una noticia sobre el estudio de identificación religiosa americana (ARIS 2008) dice que la iglesia de la cienciología esta perdiendo adeptos (de los 55.000 fieles que tenía en 2001 a 25.000 hacia 2008). No se como de fiable será la noticia porque en ese estudio no he logrado descubrir algo que indique tal cosa (seguramente se me ha pasado), por el contrario encontré que el grupo de religiones minoritarias, en el que incluyen a la cienciología, ha subido en un millón y pico de seguidores entre 2001 y 2008. Aun así puede ser uno de los cultos que haya declinado dentro de ese grupo. Quizá esta religión no acabe prosperando, pero desde luego no fracasará por la historia en la que se fundamenta. No le puede ir tan mal a una religión que se basa en un relato que habla de un extraterrestre malvado (Xenu) que lleva a la Tierra a millones de paisanos y los volatiliza a todos metiéndolos dentro de volcanes y haciendo explotar bombas de hidrógeno, para luego someter las almas de los fallecidos a un lavado de cerebro que las acabará llevando a invadir los cuerpos de humanos prehistóricos, creando de este modo disgustos y malos rollos hasta el día de hoy. Según la Wiki los adeptos evitan mencionar públicamente a Xenu y sus historias sobre extraterrestres, y la organización se preocupa de no propagar este relato en sus campañas de marketing evangelización. Yo que los cienciólogos tomaría ejemplo de religiosos que durante veinte siglos han estado haciendo pinturas, obras teatrales, películas y canciones sobre la historia de un tipo fecundado por un gran espíritu y nacido de una virgen, que resucitó de entre los muertos, chamuscó una sábana y se elevó a los cielos para bajar más adelante y hacer salir a los muertos de sus tumbas. En religión lo absurdo es garantía de éxito, y una historia suficientemente delirante, contada con gravedad y pompa, siempre tendrá una gran cantidad de gente dispuesta a creérsela y a defenderla hasta las últimas consecuencias. No quiero dar ideas al respecto, pero si John Travolta hiciera de nuevo películas sobre Xenu y la Confederación Galáctica la cienciología vendería crecería mucho más.

Hola mundo!

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Queda inaugurado el blog (antiguamente llamado) escombrillos. Lo que ahora aparece como una elegante y minimalista bitácora era, hace sólo unas semanas, un blog de pruebas oculto en el que se echaban todos los escombros de entradas fallidas, widgets rotos o a medio hacer, imágenes sobre antiguas campañas olvidadas, etc. Durante un año y pico estuvo destinado a tal fin, pero ahora limpio y replantillado se encuentra listo para recibir otra nueva clase de escombros, y quien sabe si con el tiempo las visitas de mi lisérgico grupito de anónimos.